martes, 30 de diciembre de 2008

RECORDATORIO

PREGÓN DE ADVIENTO

Les anuncio una gran esperanza. Quiero convencerlos de que hay que esperar, porque les anuncio que comienza un día nuevo, que nos visitará el sol que nace de lo alto; aunque casi no me atrevo a pregonar que viene Dios.

Tengo miedo a que no haya consecuencias, ni de espanto ni de dicha y que se pase desapercibida la noticia, pero… tengo miedo de anunciar: Dios llega y que no haya consecuencias ni en mi alma ni en la ciudad, que ni teman ni se alegren, ni preparen lámparas que guarden copioso y claro el aceite.

Tengo miedo que le busquen en la dirección opuesta a su llegada, nadie lo busque entre los pobres, nadie lo acoja en el silencio, nadie espere encontrarlo en el amor y en el trabajo, nadie lo acoja en los pequeños, que no salgan presurosos a su encuentro, que no sepan descubrir su rostro en medio del pueblo, que lo piensen tan futuro y remoto, que opinen que ya DIOS no es de este nuestro tiempo.

Tengo miedo a pregonarlo y que no preparen la paz, ni los enemigos se reconcilien entre ellos. Que los cristianos se queden dormidos, mientras los demás construyen a sus espaldas otra vez un mundo viejo. Tengo miedo de anunciar que viene Dios y no abunde la alegría, y que nos encuentre a todos con las esperanzas por los suelos, o que venga y nadie se haya dispuesto a edificar la justicia entre los pueblos. Pero mi deber es pregonar la esperanza que nace en cada adviento y cantar MARANATHÁ para que Él escuche el vivo clamor de los pueblos y vea claramente la necesidad de los pequeños. Quiero pregonar el ADVIENTO para que se creen comunidades de oración al servicio de su pueblo, para que haya quien quiera sembrar su vida para que venga el Reino, o perder por él su dinero y fama por vivir sirviendo.

Quiero pregonar para que se inventen y ejerciten nuevas virtudes para esperar lo nuevo; para que hagan oraciones y entonen himnos de esperanza llenos; para que desemboten la mente y levanten la cabeza, aguarden su liberación y escuchen su palabra malos y buenos, vecinos y forasteros; para que las iglesias celebren alegres su memorial y esperen atentas su regreso.

¡Prepárense! Llega el adviento de nuestro Dios, Dios que es siempre Futuro y Presente, perenne acontecimiento de nuestro tiempo. Para la Navidad ya habrá otro momento y muchos otros mensajeros. De momento les anuncio que este es el tiempo de Adviento.

A LOS PIES DEL MAESTRO
Diciembre 15 de 2008

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