viernes, 30 de mayo de 2014

HORA SANTA
A LOS PIES DEL MAESTRO
JESÚS REY DEL UNIVERSO.
Mayo 29 de 2014


Evangelio de Juan 18, 33 – 37

Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo: "¿Eres tú el Rey de los judíos?" Respondió Jesús: "¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han Pilato respondió: "¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?" Respondió Jesús: "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos; pero mi Reino no es de aquí." Entonces Pilato le dijo: "¿Luego tú eres Rey?" Respondió Jesús: "Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz."
PALABRA DEL SEÑOR.

EL REY Y EL MENDIGO.

Hubo, una vez, un mendigo que estaba tendido en la calle. Vio, a lo lejos, venir a su Majestad el Rey y pensó: “Le voy a pedir una limosna, y seguramente me dará bastante”.

Y cuando el Rey pasó cerca, le dijo: −Su Majestad, ¿me podría, por favor, regalar una moneda? Aunque, en su interior, sabía que el Rey le iba a dar mucho más.

El Rey lo miró y le dijo: − ¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso no soy tu Rey?

El mendigo no sabía qué responderle y exclamó: −Pero, su Majestad, ¡yo no tengo nada!

El Rey respondió: −Algo debes tener… ¡busca!

Entre su asombro y enojo, el mendigo buscó entre sus cosas y se dio cuenta de que tenía una naranja, un trozo de pan y unos granos de arroz. El mendigo pensó que el pedazo de

pan y la naranja eran mucho para dárselos al Rey, así que, en medio de su molestia, tomó cinco granos de arroz y se los dio al Soberano.

Complacido, el Rey le dijo: −Ves como sí tenías. Y le dio cinco monedas de oro… una por cada grano de arroz.

Sorprendido, el mendigo dijo entonces: −Su Majestad, creo que acá tengo otras cosas. Pero el Rey no aceptó su ofrecimiento y le dijo: −Solamente de lo que me has dado de corazón, te puedo yo dar.

Es fácil reconocer, en esta historia, como el Rey representa a Dios y el mendigo a nosotros.

Notemos que éste, aun en su pobreza, es egoísta. Ocasionalmente, Dios nos pide que le demos algo. No nos neguemos a darle a Dios lo que nos solicita, piensa que él devuelve el ciento por uno… De verdad… ¡vale la pena!

Nuestro Cristo Rey es un rey muy particular, totalmente diferente de los reyes que conocemos de la historia, los cuentos, las leyendas y la civilización actual. Mientras las diversas tradiciones nos han mostrado, a lo largo de los años, monarcas autócratas,

muchos de ellos abusadores de su pueblo, protegidos por poderosos ejércitos y ambiciosos de poder, fama y riquezas, Jesús no tuvo ningún tipo de ambición ni mucho menos una vida fastuosa. Por el contrario, asentó su reinado en el amor y la entrega sin límites por salvar a la humanidad, y hasta prometió devolver el ciento por uno de todo lo “tributado”

A LOS PIES DEL MAESTRO
Mayo 29 de 2014