martes, 20 de mayo de 2008

RECORDATORIO

CONSEJO CHINO
Había una vez un campesino chino, pobre pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo. Un día el hijo le dijo: ¡Padre, qué desgracia ¡ Se nos ha ido el caballo. ¿Por qué le llamas desgracia? Respondió el padre veremos lo que trae el tiempo. A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo. ¡Padre que suerte! Exclamó esta vez el muchacho. Nuestro caballo ha traído otro caballo, ¿Por qué le llamas suerte? Repuso el padre. Veamos que nos trae el tiempo.

En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo y este, no acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojo al suelo. El muchacho se rompió una pierna. ¡Padre, que desgracia! Exclamo ahora el muchacho. Me he roto una pierna. Y el padre retomando su experiencia y sabiduría sentencio: ¿Por qué le llamas desgracia? Veamos lo que trae el tiempo. El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que lloraba en su cama. Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra.

Fueron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna rota, lo dejaron y siguieron de largo. El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo. Para ver si algo es bueno o malo.

Piensa: En este antiguo consejo chino nos dice que la vida da tantas vueltas y es tan paradójico su desarrollo, que lo malo se hace bueno y lo bueno malo. Lo mejor es esperar siempre el día de mañana, pero sobre todo confiar en Dios, porque todo sucede con un propósito positivo para nuestras vidas.

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