martes, 20 de octubre de 2009

RECORDATORIO

TESTAMENTO DE CRISTO.

Yo, Jesús de Nazareth, viendo próxima mi hora y estando en posesión de plenas facultades, para firmar este documento, deseo repartir mis bienes entre las personas más cercanas a MÍ.

Más siendo entregado como cordero, para la salvación de la humanidad, creo conveniente repartir entre todos. Y así les dejo: Todas mis cosas que, desde mi nacimiento, han estado presente en mi vida y la han marcado de un modo significativo:

La estrella: A los que están desorientados y necesitan ver claro para seguir adelante, y a todo aquel que desee ser guiado y/o servir de guía.
El pesebre: A los que no tiene nada, ni siquiera un sitio para cobijarse o un fuego donde calentarse y poder hablar con un amigo.
Mis sandalias: Son sus sandalias, las de los que deseen emprender un camino; de los que siempre estén dispuestos a estar siempre en camino.
La palangana: Donde les he lavado los pies, a quien quiera servir, a quien desee ser pequeño ante los hombres, pues será grande a los ojos de mi Padre.
El plato: Donde voy a partir el pan, es para los que vivan en fraternidad, para los que estén dispuestos a amar, ante todo y a todos.
El Cáliz: Lo dejo a quienes estén sedientos de un mundo mejor y una sociedad más justa.
La cruz: Es para todo aquel que esté dispuesto a cargar con ella.
Mi túnica: A todo aquel que la divida y reparta… También quiero dejar como legado a la humanidad entera, las actitudes que han guiado mi vida: actitudes que quiero que guíen también la de ustedes.
Mi palabra: Y la enseñanza que me confió mi Padre, a todo aquel que la escucha y la pone en práctica La alegría: A todos los que deseen compartirla.
La humildad: Es para quien esté dispuesto a trabajar por la expansión del Reino de los Cielos. Mi hombro: A todo aquel que necesite un amigo en quien reclinar la cabeza, y al abatido por el cansancio del camino, para que puedan descansar y recobrar fuerzas para seguir caminando. Mi perdón: Es para todos, para los que día tras día, pecado tras pecado, sepan volver al Padre. "Eso sí, siento especial predilección por los más débiles”.

Todo esto y aún más quisiera dejarles, pero sobre todo es mi vida lo que les ofrezco…. "Soy yo mismo, quien me quedo con ustedes para seguir caminando a su lado compartiendo preocupaciones y problemas, sus alegrías y gozos”. "Si, yo soy la vida, Pero tú puedes transmitirla…Nada más. Manténganse unidos y quiéranse de verdad.” Yo los he amado hasta el extremo y los llevo en mi corazón. “Jesús”

A los pies del Maestro
Octubre 19 de 2009

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