domingo, 27 de septiembre de 2009

RECORDATORIO

EL CIELO


Un Hombre, su caballo y su perro iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales (a veces los muertos andan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición…) La carretera era muy larga y colina arriba el sol era muy intenso; ellos estaban sudados y sedientos.

En una curva del camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro. El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada y entabló con él, el siguiente diálogo: Buenos días. Buenos días - Respondió el guardián ¿Cómo se llama este lugar tan bonito? Esto es el cielo. Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos! Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera. Y el guardián señaló la fuente. Pero mi caballo y mi perro también tienen sed… Lo siento mucho – Dijo el guardián – pero aquí no se permite la entrada a los animales.

El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante. Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles…

A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero. Posiblemente dormía. Buenos días – dijo el caminante. El hombre respondió con un gesto de la cabeza. Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo. Hay una fuente entre aquellas rocas – dijo el hombre, indicando el lugar. Podéis beber toda el agua como queráis.

El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed. El caminante volvió atrás para dar gracias al hombre. Podéis volver siempre que queráis – Le respondió éste. A propósito ¿Cómo se llama este lugar? – preguntó el hombre. CIELO.

¿El Cielo? Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo! Aquello no era el Cielo. Era el Infierno – contestó el guardián. El caminante quedó perplejo. Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe provocar grandes confusiones! – advirtió el caminante. De ninguna manera! – increpó el hombre En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos… (Paulo Coelho.)

A LOS PIES DEL MAESTRO
Agosto 10 de 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario