miércoles, 1 de octubre de 2008

RECORDATORIO

LA BIBLIA O EL CELULAR
Me pregunto qué pasaría, si tratásemos a nuestra Biblia como tratamos a nuestro teléfono celular...

¿Si la lleváramos a todos lados en nuestra cartera o bolsillo?
¿Si nos regresáramos cuando se nos hubiese olvidado?
¿Si la revisáramos varias veces al día?
¿Si la usáramos para recibir mensajes del texto?
¿Si la tratáramos como si no pudiésemos vivir sin ella?
¿Si se la diéramos a los muchachos como regalo?
¿Si la usáramos mientras viajamos?
¿Si la usáramos en caso de emergencia?

Esto me anima a preguntar: mmm... ¿dónde está mi Biblia? Oh, y una cosa más: A diferencia de nuestro teléfono celular, no tenemos que preocuparnos que nuestra Biblia sea desconectada... ¡Porque Jesús ya pagó la cuenta! La Biblia está eternamente cargada. Nunca tiene que ser recargada.

Lo que perdemos de vivir en obediencia a Dios no podemos compensarlo jamás. De allí que la Biblia, la Palabra de Dios, sea tan importante. ¿Por qué no seguir el consejo del pensamiento de hoy y darle una prioridad mayor a nuestra Biblia que a las nuevas tecnologías?

A final de cuentas lo que Dios nos ofrece es... ¡eterno!

“Porque recta es la palabra de Dios, y toda su obra es hecha con fidelidad” Salmo 33,4.
“Susténtame conforme a tu palabra, y viviré; y no quede yo avergonzado de mi esperanza”. Salmo 119,116

A LOS PIES DEL MAESTRO
Septiembre 29 de 2008

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